Buñueliano

"Para aclarar mi propia postura frente a la actividad creadora, conviene estudiar un artista cinematográfico con el que me siento especialmente identificado: Luis Buñuel. En sus películas nos encontramos una y otra vez con la actitud del inconformista. La protesta apasionada, irreconciliable y sin concesiones de Buñuel se expresa sobre todo en la estructura emocional de sus películas, contagiosas precisamente en el nivel emocional. No es una protesta calculada, intelectual, pensada. Buñuel tiene suficiente sensibilidad artística como para no caer en un pathos meramente polícitoco , que en mi opinión siempre tiene algo de mentira, cuando en una obra de arte se expresa de modo inmediato. Aun así, la protesta política y social contenida en las películas de Buñuel bastaría para muchos directores de inferior valía." (Fragmento de Esculpir en el tiempo de Andrei Tarkovski.)

No es que me ponga a contradecir a Tarkovski, pero hay algo con lo que no estoy de acuerdo. No creo que la crítica y el lenguaje de Buñuel sea únicamente emocional, sino también algo muy pensado, sin ser arrebatado por las libertades que ofrezca el surrealismo, me cuesta creer que Buñuel hiciera algo "gratuitamente", y únicamente a nivel emocional. A nivel cinematográfico, talvez sin una cámara increíble, creó un lenguaje por medio de la narrativa, que parece tan, libre. .

Continúa Tarkovski:
"Pero Buñuel está determinado sobre todo por una conciencia poética. Sabe que en una estructura poética no necesita declaraciones de ningún tipo. Que la fuerza del arte está en otro lado, en su fuerza de convicción emocional, es decir, en su viveza única, en aquello de lo que hablaba gogol en la carta citada."


Buñuel creó un lenguaje, por medio de atmósfera, narrativa y por lo menos hay un elemento muy cinematográfico que es su uso del sonido. Usa sonido, que pudiera ser extradiegético (ejemplo: los aviones a media conversación por teléfono de El Discreto Encanto de la Burguesía) pero en realidad está haciendo esta recomposición de la que habla Tarkovski.
El fantasma de la libertad contiene una enorme variedad de sonidos. Es toda una labor de creación de una atmósfera especial.
- Dice Hélène Plemiannikov, quien hizo el montaje de las últimas tres películas de Buñuel. (LINK AQUÍ)

Crea un mundo que pareciera real, pero que tampoco es falso. Es simplemente llevado a un extremo, pero ahi la grandeza de Buñuel (aparte de sus cojones) que supo ver que la realidad está llena de momentos que parecerían surrealistas. Y no por nada estaba en México. Recuerdo que sobre la película "La Ilusión viaja en tranvía" Buñuel hablaba que talvez en Europa pudiera parecer surreal, extraño e imposible, que en un colectivo haya un carnicero con un borrego a medias, pero que en México pasan estas cosas como parte de la realidad.


Aquí otro fragmento de la entrevista con Hélène Plemiannikov
Buñuel se interesaba mucho por el montaje. Cuenta que hizo el montaje de Las Hurdes en una mesa de cocina y que la película estuvo lista en tres días. Fue el director con el que más aprendí. Sabía lo que quería y rodaba en consecuencia. Aprendí mucho porque cuando alguien sabe lo que quiere plasma todos los sentimientos que desea en la imagen y consigue que afloren a la superficie. Entonces el montaje resulta fácil. Aprendí lo que es el montaje, que no es necesariamente yuxtaponer planos, sino que también puede estar dentro de ellos. En las escenas de comidas el trabajo era más complejo; por ejemplo, en El discreto encanto de la burguesía hay una compuesta por muchos planos, pero hasta tal punto había rodado según su concepto y había pensado la escena que todo fue saliendo con suma facilidad. Pocas personas logran realizar un montaje sin pegar las escenas, por decirlo de algún modo.

Haciendo clara referencia a elementos que son puramente cinematográficos.