Imágenes completamente producidas, bellas dirían algunos, plásticas dirían otros.
Al referirse a Cremaster se habla de la supremacía de la forma y de un arte defendiéndose ante la narrativa literaria. Sin embargo yo encuentro una historia muy clara en los dos episodios de Cremaster que vimos. En teoría Cremaster 1 no tiene ni un principio ni un final, pero hay una progresión y hay una historia que avanza, pienso en la mujer que va abriendo la tela hasta comerse las uvas, pienso en las chicas bailando en el estadio de fútbol al principio desorganizadamente y luego en una coreografía hermosa y que hasta pareciera tener un clímax. Ni hablar de Cremaster 2 que hay una clara historia, el protagonista mata al oficial. Entonces no es que Barney esté creando una nueva forma sin narrativa. Claramente en una entrevista Barney dice que su interés se volvió contar historias. Entonces me da la impresión de que nadie se pone de acuerdo en cuanto a Barney.
En el texto de Digital Satyr. Notes on Matthew Barney, de Alexei Parshikov menciona que para entender el trabajo de Barney hay que entender el contexto y sobre todo su ambiente, ideas y recurssos.
Sigo creyendo que la fuerza de Cremaster es el concepto y lo que le rodea, y no tanto el trabajo en sí. Desde el nombre hasta la forma en como se hicieron en desorden; pareciera que esos son los puntos fuertes y fascinantes, las imágenes tan cuidadas.
Hablan de un trabajo con multiples lecturas. ¿No es eso un indicador de la falta de discurso? Multiples lecturas porque luego pareciera tan ambiguo entre sus “bellas“ y “producidas“ imágenes.
En otra de las lecturas se menciona que lo maravilloso de Barney es la capacidad de haber creado un mundo mitológico, cuando yo creo que lo ha hecho por medio de un pastiche (igual que Jodorowsly), y a fin de cuentas, no es el primero y lo que pienso inmediatamente es El Señor de los Anillos, y dudo que haya algo de Tolkien en el Tate Museum. Regresando al pastiche me refiero a que Barney ha tomado referencias culturales de los Mormones, Masones, etc. Entonces ¿qué mágico y único mundo ha creado?
En clase se me pregunto ¿entonces por qué es tan valorado en el mundo del arte? Bueno, yo siempre he entendido que el mundo del arte se mueve por modas, y que se trata llanamente sobre relaciones de poder, alguien arbitrariamente decide que eso es maravilloso coneceptual y decide colocarle en un museo. Si el trabajo de Barney trasciende, y en 20 años se le recuerda por el fuerte impacto que tienen sus (lo que yo considero) imágenes vacías, entonces claramente se probará que estoy equivocada y que no he sabido apreciar a un genio.
Sigo creyendo que la fuerza de Cremaster es el concepto y lo que le rodea, y no tanto el trabajo en sí. Desde el nombre hasta la forma en como se hicieron en desorden; pareciera que esos son los puntos fuertes y fascinantes, las imágenes tan cuidadas.
Hablan de un trabajo con multiples lecturas. ¿No es eso un indicador de la falta de discurso? Multiples lecturas porque luego pareciera tan ambiguo entre sus “bellas“ y “producidas“ imágenes.
En otra de las lecturas se menciona que lo maravilloso de Barney es la capacidad de haber creado un mundo mitológico, cuando yo creo que lo ha hecho por medio de un pastiche (igual que Jodorowsly), y a fin de cuentas, no es el primero y lo que pienso inmediatamente es El Señor de los Anillos, y dudo que haya algo de Tolkien en el Tate Museum. Regresando al pastiche me refiero a que Barney ha tomado referencias culturales de los Mormones, Masones, etc. Entonces ¿qué mágico y único mundo ha creado?
En clase se me pregunto ¿entonces por qué es tan valorado en el mundo del arte? Bueno, yo siempre he entendido que el mundo del arte se mueve por modas, y que se trata llanamente sobre relaciones de poder, alguien arbitrariamente decide que eso es maravilloso coneceptual y decide colocarle en un museo. Si el trabajo de Barney trasciende, y en 20 años se le recuerda por el fuerte impacto que tienen sus (lo que yo considero) imágenes vacías, entonces claramente se probará que estoy equivocada y que no he sabido apreciar a un genio.